Tomando el aire

Reprimió un bostezo y se apoyó en la barandilla, mirando la concurrida calle. Se había tomado un respiro - mejor dicho, había salido del academia sin permiso ninguno, un pequeño homenaje a los viejos tiempos - y paseando había acabado en aquella calle. Suspiró y revisó los mensajes de su móvil de nuevo, la mayoría de su padre.

Salí de la academia sin pedir permiso a nadie; era mi primer día de clase a primera hora así que no me apetecía acudir, me fui a la calle y encontré a una chica apoyada en la barandilla. Eso me sorprendió porque se supone que todo el mundo debería estar en calse. Me acerqué a ella y la saludé.
-Hola-le dije.-¿Qué haces aquí?

Levantó la mirada del teléfono y vio a la chica. Tendría su misma edad, y podría decirse que tal vez la había visto antes.
- Hola - devolvió el saludo - ¿Tú también eres de Leadership? - preguntó, extrañada.

-Claro, pero a primera hora paso de ir.-la respondí.
Me senté en el suelo y apoyé la cabeza en la barandilla, estaba fría. Estiré las piernas y me dediqué a mirar las nubes blancas. El cielo estaba algo nublado.
-Parece que no hace buen tiempo.-comenté

Respiró tranquila, parecía que por el momento nadie había notado su ausencia.
- Hum... entonces ya somos dos - contestó lacónicamente, mirando la cabeza de la chica - ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

-Exactamente.-miré mi reloj.-unas 20 horas, pero para mi es una eternidad.
Me eché a reír, parecía irónico que hubiese estado tanto tiempo viajando deseosa de tener un lugar donde vivir y ahora que lo tenía desease viajar.
-¿Y tú?

- Llegué por la tarde. Ni me paré a mirar el reloj - rió entre dientes - Aún no he conocido a nadie que lleve más de una semana aquí. No sé que rollo tienen con los castigos y eso me interesa más que saber su programa de clases o que las habitaciones sean mixtas - rodó los ojos - Por cierto, me llamo Blair. ¿Tú eres...?

-Yo soy Ayelén, pero por lo que más quieras llámame Aye.-le respondí mientras ponía una pierna encogida.-A mi el rollito ese de que las habitaciones sean mixtas no me va, a saber con qué pervertido te juntan.-volví a mirar el reloj lo que hizo que me enfadase; me lo quité y lo lancé por la barandilla.

Siguió la trayectoria del reloj sin hacer ningún comentario.
- Sí, bueno. Parece que la escuela hay mayor número de chicas que de chicos, así que tampoco creo que lleguen muy lejos. Pero entre tú y yo, deberían de proveernos de spray de pimienta - levantó una ceja y suspiró. Se mantuvo en silencio unos instantes y le miró para preguntarle de nuevo - ¿Cómo acabaste en el culo del mundo, Aye?

-Mi querida mamaita se separó de mi papaito y a mi me dieron por culito.-dije poniendo cara de niña de buena y voz infantil.-pues la verdad es que mi madre viaja mucho y como pierdo tiempo de estudio pues me internó aquí.-dije con voz normal.-¿Tú acabastes aquí por qué...?

- Porque a papá le subió la tensión cuando le pasaron la factura de lo que costaba la reparación del gimnasio de la Academia para señoritas de Saint Claire. Y le subió aún más cuando le dijeron que no le devolvían el dinero de la matrícula - sonrió cínicamente, recordando la cara que puso su padre en aquel momento - En los últimos años no he hecho una a derechas. Pequeños accidentes en varias academias, ya sabes.

-Sí, ya sé.-dije recordando algunas de mis... travesuras.-¿Sabes dónde se puede conseguir bebida en pijolandia?

(por pijolandia me refiero a la academia x])

- No he recorrido aún la ciudad, pero creo que es más fácil conseguir salir de la academia de lo que parece. Por las mañanas no hay mucha seguridad, creo que te haces a la idea - levantó las cejas y rodó los ojos - Supongo que por las noches la seguridad se acentuará, pero no debe de ser tan complicado lograr salir para irnos de fiesta - dijo, pensativa, trazando un plano mental de la academia - Es un edificio antiguo, me juego el cuello a que muchos pasadizos secretos que dan al exterior.

Me eché a reir. Sonaba estúpido lo de los pasadizos pero bien pensado podría funcionar.
-¿Qué te parece si nos largamos un ratito de Pijolandia?.-le pregunté poniéndome de pie.

Se separó de la barandilla y se puso al lado de Aye.
- Tú misma - se encogió de hombros - Estoy cansada de niños de papá y sólo llevo aquí un día. ¿Cuánto tiempo crees que lo soportaremos sin que nadie salga herido? - murmuró, estirándose como un felino, con los músculos agarrotados de permanecer en la misma posición.

-Calculo que si me quitas el alcohol, unos niñitos bonitos y una Aye cabreada, tardaré unos dos minutos en liarla parda ¿Cuánto tardarías tu?-contesté y me dirigí hacia el camino más cercano al interior de la ciudad.- ¿Vienes?

- Estaría loca si me quisiera quedar aquí - murmuró, poniéndose al lado de Aye - Olvida a los lindos, son tontos. Y los feos, demasiado listos. Así que tendremos que tomarnos la vida con calma y hacer una buena reserva de vodka - volvió a desviar la mirada, pensativa, mientras comenzaba a caminar hacia el centro.

-Los guapos serán gilipollas, pero por lo menos te contentas la vista.-dije mientras la alcanzaba.-Los feos...son feos. El vodka negro me gusta, pero tampoco está mal el tequila, aunque prefiero cócteles. ¿Te gusta alguna bebida en especial?

- Soy rusa, Aye. Todo el alcohol que tengas estará bien - rió entre dientes y la miró - Aunque siento predilección por el vodka negro. Puro patriotismo.

-Oh, a mi me gusta el Dragón verde pero sin agua.-me metí la mano en el bolsillo y saqué una pequeña petaca, la abrí y al ver que no había nada la tiré al suelo.-ya podría estar llena...

- Tss, relájate. He visto volar más objetos de tu mano en menos de cinco minutos que en toda la historia de la aviación - murmuró, mirando el reloj - ¿Crees que se notará que hemos faltado?

-Lo dudo mucho.-dije.-¿Tienes problemas con que tire mis objetos?

- No, para eso son tuyos - contestó escuetamente - Puedes hacerlos volar, quemarlos lo que te venga en gana con ellos.

Le empecé a dar pataditas a una piedra.
-¿Dónde vamos?-pregunté.-Ha sido muy brillante lo de largarnos, pero no tenemos lgar donde irl...

- Vayamos hasta el centro, allí suele estar la acción. Otro punto negativo para Pijolandia; está completamente aislado - chasqueó la lengua, cruzándose de brazos.