Un misterio segun cuenta una leyenda (LIBRE)

- Igualmente, igualmente - repetí, sonriendo. - Y no me extraña que se lo preguntases... - comenté refiriéndome a Sally. - Por cierto... ¿Cómo puedo apuntarme a los castings? Siempre me ha gustado el teatro y me gustaría seguir haciéndolo aquí.

-Tengo 21 años, yo me veo viejo-reí

*Mire a Pierre y sonrei. La verdad es que no estaba nada mal y 21 años al fin y al cabo no eran nada...*
-Que va! No haras que te llamemos de usted verdad??-dije entre risas.

- ¡Me encantaría! - exclamé y sonreí. - ¿Cuándo y dónde? - pregunté efusivamente.
¿Por qué me alegraba tanto? No solía ser mi estilo. Bah, qué más daba. Me dejaba guiar por mi subconsciente, tendría un día bueno...

-Tranquila de usted no, que si no en vez de 21, parecera que tengo 41- reí

*Me rei de lo que dijo Pierre*
-Si, tienes razon!-Siempre acababa cogiendo confianza con los profesores, una mala costumbre...
*Mire a Amelie*
-Tranquila!-dije riendo- Seremos las primeras en prepararla!

Me reí ante su ilusión. Al menos no destacaría por efusividad.
- Entonces, ¿te llamamos por tu nombre, Pierre? - le pregunté.

-Si tienes esa opción o Alexandre o si me quieres llamar Señor Chatard- reí- prefieor Pierre

- Chachi entonces - sonreí.
¡Maldita manía de parecerme todo chachi!

Sonreí.

-Soy de París, Francia- sonreí

- Vaya, París - dije -. Pasé tres años de mi vida en esa ciudad. Hasta que me expulsaron del instituto y mis padres decidieron meterme en este. - sonreí -. Es muy bonita. Pero mola más de noche, con las luces de la torre Eiffel. De día sólo parece un trozo de hierro.
Me reí entre dientes.

-Lo supuse por el nombre.-Sonrei ante la efusividad de Amelie.

-Sin animo de ofender, me parece muy exagerada con esas luces, es como, unna forma de que no se concentre la belleza de París donde de verdad reside-

-Lo siento señoritas pero me tengo que ir, me apetece fumar y no hay ningún sitio en la academia que se pueda así que hasta liego- dije haciendo una pequeña reverencia y saliendo por la puerta

Sonreí al ver las mejillas coloradas de Sally.
- ¿Sabes que echo de menos de París? - dije - Disney - me reí -. No, no, es broma - me precipité a decir al ver que me miraban -. E... El Sena. Aunque últimamente estaba lleno de porquería. Al atardecer me relajaba mirando la puesta del sol, que dejaba una fina línea roja en el mar. Precioso.

*Me despedi de Pierre*
-Estoy deacuerdo, es mágico-respondi soñadora.
-Yo vengo de Manhattan, es...diferente-dije poniendo los ojos en blanco.

-Lo es-dije sonriente-De donde vienes tu Sally?-Pregunte con curiosidad.

Me reí.
- A mí me gusta Manhattan. Aunque nunca he estado - le dije a Serena -. Quizá cuando me expulsen de aquí acabe en Manhattan. Quién sabe... - comenté, distraída. Me había quedado mirando el culo del profesor.
¡Guarra! ¿Qué estás mirando? Pensé, y sacudí la cabeza, volviendo a la realidad.
- Oh, opino que cada sitio tiene su magia. La que le pone cada persona que vive en él - sonreí.