Un vicio muy malo.

Fumaba uno de mis Black stones, a muy poca gente le gustaba ese tabaco, su aroma y su sabor eran demasiado fuertes, por el contrario yo, a cada calada que daba más me gustaba.¿Yo era profesor de gimnasia?Si, pero el tabaco era uno de los vicios que no dejaría, el tabaco, las mujeres, las drogas...
Sacudí la cabeza intentando apartar de mi mente aquellos recuerdos que colgaban de mi mente como si de arañas se tratasen, me dejaban atrapado en un mundo de pena, dolor, deseeración...
Faltaban apenas cinco minutos para que la estridente sirena que finalizaba la clase sonara, de modo que los alumnos de la academia Leadership salíeran a su media hora libre, la cual, yo tenía que pasarmela vigilando que no se cometiera ninguna gamberrada ¡Como si lo que puediera pasar allí fuera un grabe delito comparado a lo que viviamos en Montevideo día a día!, estúpidos, no sabían lo que era un problema de verdad y ponian normas sin sentido que sin duda a los alumnos les gustaría saltarse.
¿Que era eso de poner habitaciones mixtas?Chasqueé la lengua y miré como poco a poco auqellos recreos verdes se llenaban de gente joven.
Yo empezé a hacer mi guardia, dando la ultima calada a ese cigarro que tenía entre mis labios para después lanzarlo al suelo.

-sali de dentro de la academia nesecitaba fumar y lo veo y me acerco a el i enciendo el tabaco y empiezo a fumar-hola



off:me e de ir luego vengo

-Estoy haciendo la guardia , ¿no me ves?-dije sin alteral el tono de mi voz, el suve aroma de aquella marca de tabaco me disgustó, hoy en día nadie sabia fumar.
Aquella profesora con el pelo corto negro que me recordaba a un vestido de satén tenía una mirada penetrante.
Comencé a andar ignorando por completo lo evidente, quería hablar conmigo, pero yo prefería seguir mi camino, hacer solo mi guardia, hablar con cualquier alumno de cosas sin importancias.
Por norma general, hablar con un adulto era sinonimo de hablar de trabajo o problemas en el matrimonio.

Pasó el peso de la mochila de un pie a otro, buscando una zona no muy concurrida donde el sonido de las voces de los adolescentes reunidos en los patios no le taladrase la cabeza. Un adulto pasó por su lado y el olor del tabaco le golpeó la nariz. Por un momento le resulto desagradable por el fuerte aroma, pero su nariz fue reconociéndolo lentamente.
Chaqueó la lengua repetidamente, divertida.
- Ah, Black Stones - murmuró para ella misma, soltando una risilla.

Paré mis pasos en seco.¿Como alguién se su edad reconocia aquel aroma tan peculiar?Tenía un acento marcado.
Volví mi cuerpo para mirar a aquella chica, con una larga cabellera castaña, tan clara que perfectamente podía llamarse rubia, su mirada te cautivaba, era una de las chicas que, por la que muchos disfrutarian pegandose para conseguirla.
sonreí ampliamente y saqué el paquete de tabaco.Estaba phoibido fumar en la academia y más todabia a alumnos.
-¿Quieres uno?-dije tendiendo el paquete, me iban a decir un par de cosas si me veían, pero...¿desde cuando me importaba eso?

- ¿Es una pregunta trampa? - contestó observando más atentamente al adulto. Los únicos que merodeaban por los recreos eran profesores, pero era prácticamente imposible que uno de ellos le ofreciera tabaco con tanto soltura. Esbozó una media sonrisa cínica - No fumo... en horario escolar - añadió en un susurro. Cogió la mano con la que agarraba el paquete y la acercó al pecho del hombre para ocultar el tabaco - Puede quedarse tranquilo, no voy a fumarme hasta los dedos en ningún rincón del recreo. Sólo busco un poco de intimidad, señor... ¿profesor? - dejó caer la pregunta, con una ceja enarcada.

-No era ninguna pregunta trampa-guardé el paquete de tabaco con un poco de resignación, pues al verlos tenía nuevamente ganas de llevarme uno a la boca y saborearlo.Aquella chica no era tonta, la mayoría de su edad eran alocadas y hubieran aceptado el cigarro nada más verlo, ella por el contrario era precavida, eso le daría puntos a su favor en esta cruel y dura vida.

-Señor...no creo que todabía sea tan viejo como para que me digan esas cosas-esbocé una pequeña sonrisa y extendí mi mano para estrechar la suya, si queria...

-Me llamo Aitor, y si, soy profesor.

Paseando por los extensos patios y recreos de mi flamante academia,llevaba en mi mano migas de pana para los ruiseñores que venían a abrumar con su presencia nuestras sentimentales vidas,al menos la mia,con gran entusiasmo lanzaba las migas a los ruiseñores,algunas los golpeaban en la cabeza y salían volando,admito que era bastante torpe lanzando migas de pan,y algo brusco.

- Pitas pitas pitas pitas para los ruisoñeros oy oy oy,mirad que pitas - canturreaba dulcemente.

Entondes de reojo ví a un profesor que estaba fumando,junto a una alumna,no le ví en la bienvenida,no me preocupó mucho el hecho de que no asistiera,o el hecho de que no conociesen las normas del centro,puesto que una de las normas era que la ignorancia del conocimiento de éstas no exime el derecho a aplicar el castigo,aquella norma era la mejor que había puesto en toda mi carrera como director de centros docentes.

Seguí dando de comer a mis ruiseñores.


- Pitas pitas pitas

FDR: Tal vez debería revisar su vista - o su memoria - director Marcus, ya que sí estuvo en la bienvenida

- A algunos profesores les molesta que se les trate de tu - contestó, estrechando la mano de Aitor - Yo soy Blair Lewis. ¿Y, qué tipo de asignatura da un hombre que fuma Black Stones? Sólo he conocido a una única clase de persona que los fuma y no suelen ser titulados en magisterio - le miró entornando ligeramente los ojos, evaluándole mentalmente.

Miré al extraño y quisquilloso director que se paseaba dando de comer a los ruiseñores que por ahí andaban.
supo que era él, por sus pintas, su forma alocada de hablar consigo mismo...me lo dijeron muchas veces: ese director esta loco.Pero a mí me parecía de lo más común que llamaran loco a una persona por ser diferente...

-Lengua Alemana e inglesa, también educación fisica-me encogí de hombros.--yo no conocía a nadie que fumara este tabaco, sinceramente es el mejor-y tanto que lo era...para mi se pdía comparar a fumarse un porro, algo que de vez en cuando hacía.

-Y en absoluto, a mi no me molesta que me traten de tu.-algunos alumnos paseaban por nuestro lado mirandonos y diciendo: ¿Que hacen hablando esos dos?¿Ella no tiene amigas?Me volteé para mirar a ese grupo de niñas, que empezaron a andar de un modo más acelerado.

-¿Voy a tener el placer de tenerte en alguna de mis clases?-pregunté con una amplia sonrisa, me gustaba conocer a mis alumnos, para mi, ser profesor, iba mucho más allá de ser un mero maestro y aprendiz.

*llegue al patio de la academia**


me ha costado llegar...bueno mejor tarde que nunca . piensa en positivo kris

*vi a gente*
hola - salude

FDR: Blair tu si que has estado en la bienvenida,pero Aitor no,me refería a el xD

-acabe de fumar y me fui dentro de nuevo no tenia ganas de hablar solo lo salude por educacion-

FDR: Mis disculpaas xD


- Es un tabaco muy fuerte, las pocas personas que conocí y que lo fumaban eran tipos con un carácter difícil - sonrió con algo de melancolía - Por eso me es tan familiar el olor.
- Alemán, Inglés y Educación Física. Una mezcla extraña, por lo que veo. Espero que efectiva.

Se quedó en silencio mientras oía a las chicas cuchichear mientras se alejaban. Las miró y luego volvió a centrarse en Aitor.

- No le des más importancia de la que le doy yo. Las conversaciones sobre el tono de rosa de su esmalte de uñas me resulta francamente aburridas - esbozó una sonrisa traviesa - Pero es imposible que lo lleguen a entender.

- Por supuesto, iré a tus clases. Pero no se si será un placer, la verdad. Lo entenderás cuando leas mi historial. Soy todo un reto - confesó en voz baja, divertida.
Volvió a mirar al profesor. Habí algo en él que le desmontaba los esquemas. Se llevó una mano a la barbilla y frunció el ceño.

- Tu acento no es de aquí - pensó en voz alta - ¿De dónde eres?

Ella tenía bastante razón...¿Que importaba el color de la laca de uñas que se pusieran?Iban a seguir siendo las mismas personas, las mismas crías con dinero que no sabía lo que tenían, estaban ciegas.


-No creo que seas tan desastrosa...-comencé a decir, la verdad era que seguramente sería una alumna aplicada.
-No, no soy de aquí, soy de Uruguay, pero aún así mi acento es una mezcla e muchos lugares en los que he vivido...-puntualicé, mi padre en paz descanse era vasco, mi madre uruguaya...toda una mezcla.

- Por eso no lo reconocía - siguió pensando en voz alta - Aún así me parece un acento muy dulce.
Volvió a la realidad, incapaz de creer que de su boca hubiesen salido aquellas palabras. Se mordió los labios, nerviosa e intentó que su postura fuese lo más relajada posible.
- Seguro que las mujeres te lo dicen siempre que quieren ligar - rió nerviosamente - pero no era mi intención. No sé en que estaba pensando.

-No me lo dicen a menudo, no doy oportunidad a nadie a que me lo diga, te felicito eres la primera-pude comprobar como aumentó un poco su nerviosismo, la manera en la que intentaba controlar la situación y mantener la compostura.
sonreí débilmente mientras le miraba a los ojos un segundo

El timbre que daba comienzo de nuevo a las clases, loa alumnos y profesores que caminaban desperdigados por los recreos empezaron a juntarse como un rebaño para entrar de nuevo a la entrada de la academia para acudir a las clases.

-Lo mejor será que vuelvas a clase, recuerda que soy un profesor y mi deber como tal es ponerte un castigo acorde con lo que hagas-le dediqué una sonrisa y comencé a andar.


-Nos vemos en clase Blair, cuídate.

- Sí, profesor - se mordió el labio, divertida, parecía severo e inflexible pero también tenía un punto rebelde interesante. Se dirigió hacia la puerta como los demás alumnos, para entrar de nuevo a clase.